Las previsiones del mercado laboral que nos muestran los estudios de la UE en varios estados miembros manifiestan que en los próximos años nos encontraremos con un déficit de personas con titulaciones de formación profesional, que permitan satisfacer las demandas del tejido empresarial y atiendan a las necesidades de desarrollo empresarial y personal.
Cuando se trata de conseguir las competencias profesionales necesarias en el mercado laboral, hemos de mirar hacia dos factores fundamentales: por un lado se precisa de una formación en competencias básicas, adquiridas a través de una educación escolar básica, que permita estructurar el pensamiento analítico y lógico de las personas y, por otro, una formación profesional FP adecuada para desempeñar un puesto de trabajo con garantías de éxito.
Existe una paradoja o contradicción en relación con la Formación Profesional. Por un lado, los resultados de la FP en materia de cualificación profesional, de acceso al mundo laboral y de mejora en el puesto de trabajo están suficientemente contrastados por los estudios anuales de los países de la UE.
Por otro lado, para muchos jóvenes e incluso para sus familias, resulta que estudiar FP se convierte en una segunda opción en su proceso de formación. También se observa que los trabajadores en activo, o bien no están dispuestos a mejorar su cualificación, o bien disponen de pocas ocasiones para desarrollar nuevas competencias profesionales que puedan promocionar su carrera profesional.
Para tratar de minimizar esta contradicción, consideramos que es preciso proporcionar a los estudiantes más oportunidades a través de ofertas atractivas de formación y de experiencias laborales, y ofrecer a los trabajadores en activo mayores oportunidades para adquirir cualificaciones más elevadas, que les permitan participar en el desarrollo, la competitividad o la internacionalización empresarial.
Asimismo, las personas que se especializan en una determinada actividad, mediante acciones formativas de formación profesional no incluidas en el sistema de FP reglado, deben recibir el reconocimiento de las competencias profesionales adquiridas a través del empleo o la FP no reglada.
También, las personas que han conseguido un título de FP reglada, especialmente de grado superior, deben disponer de la posibilidad de acceder a niveles superiores de educación universitaria. Todo esto precisa de un acuerdo y colaboración de la administración educativa y laboral con empresas, universidades y centros de investigación.
El centro privado integrado de FP “LYCEUM” tiene en cuenta, por un lado, la atención a las necesidades personales de cualificación y titulación profesional y, por otro, las facilidades a los trabajadores para seguir formándose a través de la diversidad en su oferta formativa presencial, semipresencial y online, de ciclos formativos de Grado Superior de FP y certificados de profesionalidad en Comercio y Marketing, Transporte y Logística, Informática, Audioprótesis, Seguridad y Medio Ambiente y Promoción de Igualdad de Género.